Siembro trigo, de verdad es trigo,
la semilla, al plantar, siempre controlo
mas sembrando trigo,
cosecho abrojos.
Abrojos tan filosos que se clavan
con la fuerza meritoria de una estaca
y presencian de mí, la fortaleza
de sembrar otra vez, aun con la cosecha.
Busco eternamente sacar trigo,
con la insistencia del canto de un mendigo,
de este mundo tan seco y escabroso
que sólo es capaz de dar abrojos.
Siembro trigo, de verdad es trigo
y es curioso, otra vez cosecho abrojos
que se clavan los unos sobre otros
formando una armadura con espinos.
La gente se asombra y hay quien dijo:
¡Mirad, un abrojal sembrando trigo!
1 comentario:
Francamente hermoso. Gracias por compartirlo
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